Seguidores

Eres la chispa de felicidad número...

Querido Lector:

Querido lector:

Y es que la vida de un escritor (o en mi caso, aprendiz de este extraño oficio) gira entorno a esto. A escribir historias para que otras personas disfruten. Me alegro de conocer este mundo que pocos pueden conocer, de poder caminar por otros lugares que solo yo puedo contemplar y tocar.
Esto me encanta, porque soy yo quien decide qué pasa, cuándo pasa, por qué pasa y a quién le pasa. Gracias a esas personas que me enseñaron el mundo de los libros, a quererlos como si fueran personas, a comprender las historias que en ellos encierran.

A esos escritores que me hicieron amar el placer de escribir.


martes, 5 de mayo de 2015

¡Mierda! ¿Por qué has tenido que mirarme?

—¿TE GUSTA UN CHICO?—Gritó Raquel entusiasmada.
—¡Tía baja la voz!—La mitad de las personas que estaban en el bar nos miraron—¡Si! ¡Si! Creo que me gusta...no hemos hablado todavía pero...
—¡Lo conozco?

Claro que Raquel conocía al susodicho. ¿A quién no conocía ella, la esbelta belleza morena de ojos castaños miel? Asentí lentamente, mirando por la ventana y soltando todo el aire que tenían mis pulmones en ese instante.
—¡Serás arpía! Joder Sonia, podrías habérmelo dicho antes ¿no? ¡Ya decía yo que estabas actuando rara!
—Simplemente sabía que te pondrías así —me encogí de hombros—¡Y más te vale tener la boca cerrada! No quiero que nadie se entere.
—¿Por qué?
—¡Porque no! ¡Me da vergüenza! Uff.. ¿podemos dejar el tema, Rach?
—¿Ahora que se pone interesante? ¡Ni hablar! Dime quien es.
—Estás tu que voy.
—Pues descríbemelo. 

Resoplé. Así era Raquel. A pesar de ser mi mejor amiga, su lado cotilla llegaba a ponerme de muy mala leche.
¿Cómo hemos llegado a sacar el tema?
—Eres de lo peor, tía. ¿No confías en mi? —me apretó la mano entre las suyas, intentando transmitirme fuerza, como siempre hacía.
—Me sigue dando vergüenza.
—Tienes una patada en la boca...
—¡Y qué hago! ¡Si es que pienso en él y siento fuego en el estómago!
—¿Te excitas?
—¿Tu estás tonta?

Nos echamos a reír.

—Ya averiguaré yo quién es el afortunado, sabes que soy como una experta casamentera. 
—Si tengo que decir lo que más me gusta de él...sin conocerlo...diría que su sonrisa. Enserio, Rach. Lo juro. Tiene una sonrisa taaaaaaaaaaaan dulce. Taaaaaaaaaaaaaaan bonita....
—La chica de hielo está muy atontada vaya.
—¡Esta me la pagas cupido!
—¡Eso! Échale las culpas al pobre.
—Claro que se las echo. Mi plan para ignorar a los chicos iba genial. 

Hasta que apareciste...estarás contento...

No hay comentarios:

Publicar un comentario